Correos ha emitido hoy un sello dedicado a Isabel Zendal, la enfermera gallega, directora de un hospicio y la primera mujer que se enroló en una misión internacional para llevar a América la vacuna de la viruela, enfermedad considerada como una de las pandemias más letales de la historia. Se trata del tercer efecto postal que se emite dentro de la colección de sellos #8MTodoElAño, dedicada a mujeres emblemáticas en la lucha por la igualdad.
Nacida en 1771 en una familia de agricultores de origen humilde en la localidad gallega de Órdenes (A Coruña), Isabel perdió a varios de sus hermanos cuando eran pequeños y después a su madre, que falleció de viruela cuando ella tenía 13 años. Aunque siempre había mostrado predisposición por estudiar, la muerte de su progenitora aumentó su interés por la medicina.
Con 20 años dejó el campo y empezó a trabajar como ayudante en el Hospital de la Caridad de A Coruña. Dos años después daba luz a su hijo Benito Vález, que crió como madre soltera, y, tras varios años trabajando en el hospital, en 1800 pasó a regentar un orfanato, en el que se acogía a niños abandonados o repudiados por sus padres. Allí apenas recibía lo justo para comer y alimentar a su hijo.
En noviembre de 1803, Zendal se embarcó en la gran aventura de su vida: la primera expedición sanitaria internacional de la historia. Capitaneada por el médico y cirujano de la corte, Francisco Javier Balmis, la misión pretendía llevar en barco desde el puerto de A Coruña hasta América la vacuna de la viruela.
Zendal se unió a la expedición, bautizada como la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna y financiada por el rey Carlos IV (que había perdido a su hija por culpa de la enfermedad), para cuidar de los 22 niños que viajaban a bordo inoculados con el virus. Ante la imposibilidad de conservar la vacuna, estos huérfanos gallegos fueron elegidos para mantener el fluido vacuno vivo y sin alteración para lo que fueron sucesivamente inoculados brazo a brazo en el curso de la navegación.
Aunque en un principio parecía imposible que una mujer de la época formara parte de tal hazaña, se pensó que los pequeños necesitarían una figura materna durante el trayecto. Por ello Zendal fue la última en incorporarse al convoy humanitario siguiendo las instrucciones de Balmis, que fijó para ella el mismo sueldo que para el resto de varones que viajaron a bordo.
La enfermera se ocupó de cuidar a los niños en todos los aspectos durante la travesía, así como a su hijo, que también hizo de “receptáculo vivo”, lo que hizo que se ganara la aprobación de sus superiores que, en los documentos de la época, la definieron como “abnegada rectora”, “madre de los galleguitos” y “mujer de probidad”.
Tras llegar a Puerto Rico un mes depués de la partida e iniciar al poco tiempo otro viaje a Filipinas con el mismo objetivo, en 1809 Zendal y su hijo se instalaron en Puebla, junto a Ciudad de México, donde vivió hasta la fecha –indeterminada– de su muerte sin regresar jamás a España.
Primera enfermera de la historia en misión internacional
En 1950 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a Isabel Zendal como la primera enfermera de la historia en misión internacional y uno de los pilares de la expedición. Su historia se ha visto reflejada en varios libros, como A flor de piel, de Javier Moro y en 2016 TVE emitió la película de Miguel Bardem 22 ángeles, en la que la actriz gallega María Castro dio vida a Isabel Zendal.
En diciembre de 2020 se inauguró en Madrid el Hospital enfermera Isabel Zendal con el objetivo de combatir la pandemia atendiendo a pacientes con coronavirus. Por su parte, en México es recordada con cariño y existe también una escuela de enfermeras que lleva su nombre.
Además del sello dedicado a Clara Campoamor, y ahora, a Isabel Zendal, las otras seis mujeres a las que Correos brindará un sello de la colección #8MTodoElAño son Almudena Grandes, Dolors Aleu, Concepcion Arenal, Elidà Amigó, María Blanchard y Luisa Roldán (La Roldana).
Todos los sellos de esta serie han sido diseñados por la artista Isa Muguruza, ilustradora española capaz de crear un universo único que empodera, mediante el arte, la figura de la mujer; una oda a la energía y al cuerpo femenino representado a través de un estilo que mezcla el realismo, la psicodelia y lo metafísico.