’12 meses, 12 sellos’: la serie de Correos que viaja por las provincias españolas

Si Arcimboldo fuera un sello sería el sello que homenajea a Palencia que este mes (solo) puede comprarse (solo) en los estancos de toda la provincia.

'12 meses, 12 sellos' la serie de Correos que viaja por las provincias españolasEl de Palencia o cualquiera de los otros tres que forman la última entrega de la serie «12 Meses, 12 Sellos» (Tarragona, Melilla y Cáceres) o, incluso, de la colección entera que Correos inauguró en 2017 con Guadalajara y que va lanzando uno diferente cada treinta días.

Todo cabe en el sello palentino: una imagen del Cristo del Otero, el románico (representado por el capitel y el fuste del Monasterio de San Andrés de Arroyo y por un detalle del arco de la portada Iglesia de Santa Eufemia de Cozuelos), la Villa Romana La Olmeda, el Canal de Castilla y hasta un buen lechazo.

'12 meses, 12 sellos' la serie de Correos que viaja por las provincias españolas

TU NOMBRE EN UN GRANO DE ARROZ

La iglesia de Sant Climent de Taüll, la Seu Vella, la arquitectura modernista, los caracoles “a la llauna”, los vinos de la DO “Costers del Segre”, las deliciosas peras y la bota de esquí, en Lleida.

Naranjas, horchata, fuegos artificiales, barracas, paella, la Torre de los Serrano y la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia.

Madrid y su Kilómetro Cero, el cocido, El Oso y El Madroño, El Escorial y la gorra de chulapo…

Y así hasta 52 provincias, Ceuta y Melilla incluidas, con sus 52 sellos. Los abonados filatélicos, españoles y extranjeros, que están realizando la colección terminarán esta serie en 2021 con las últimas entregas, Vizcaya, Segovia y Salamanca.

En eso consiste, en concentrar en seis centímetros cuadrados, «un mosaico de imágenes que resumen el arte, la arquitectura, la naturaleza y la gastronomía que se pueden disfrutar en la provincia», como explican en la web de Correos.

Si lo anterior fuera poco contenido, todo ello está embutido dentro de, marco de sus propias iniciales, las mismas que aparecían en las antiguas matrículas hasta que se comenzaron a usar las comunitarias, en el año 2000.

'12 meses, 12 sellos' la serie de Correos que viaja por las provincias españolas

Por su barroquismo estético, el tema ha dejado ojopláticos a algunos, poco acostumbrados al horror vacui de nuevo cuño en tiempos minimalistas.

Pero el guiño, seguramente, no iba para ellos, sino para los que se acuerdan de estas placas de los coches (e incluso hayan pasado largos viajes de niños entreteniéndose con ellas) y los que disfruten de ver todos los atractivos de su lugar de origen plasmados de una manera reconocible. Poco importa si la tipografía san-serif de líneas redondeadas está de moda, si el diseño es excesivo o los colores son demasiados.

Así lo explica el director de Filatelia de Correos, Modesto Fraguas, para quien «el perfil filatélico de un país es un reflejo de la sociedad, donde todos se tienen que ver representados». Donde cabe «lo que te gusta a ti, lo que le gusta a tu madre, a tu abuela y a tu hijo». El buen marketing es el que «sabe buscar el nicho de cada uno de ellos y posicionarse adecuadamente».

Las diferentes diputaciones provinciales, involucradas en el proyecto, lo saben. Por eso hacen un esfuerzo gimnástico para incluir en las estampas sus «folletos turísticos», todo aquello por lo que les gusta sacar pecho: eventos, conmemoraciones, recetas, paisajes, arte… con el único handicap de que en lugar de hacerlo en un folleto de varias páginas, lo hacen en un espacio de apenas unos centímetros donde, además, tiene que aparecer otra información reglada: el valor facial en Euros y en letras, la palabra Correos, la palabra España y un pie de imprenta de la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre. De ahí la explicación de estos «arcimboldos filatélicos».

UN RECUERDO ANALÓGICO DE UN PRESENTE DIGITAL

«Cuando se hacen las cápsulas del tiempo siempre se incluyen sellos», explica Fraguas. «Las cartas ya no circulan, pero además de la baja correspondencia, se une que ahora hay otros sistemas de franqueo, más actuales, digitales y modernos, y el sello se ve afectado, perdiéndose».

Esta colección surgió para recuperar la circulación del sello. «Cada uno de los sellos solo se vende en esa provincia durante un mes y en las oficinas, de alguna manera, están obligadas a poner ese tipo de sello». Así la horchata la gorra de chulapo o el románico palentino se aseguran el viaje.

 

EL BACKGROUND DE UN SELLO

Aunque Correos sea la identidad encargada de comercializarlos, detrás de cada sello hay mucha más gente detrás.

«El sello es una identidad de un país, quien decide es una comisión filatélica del estado, el Ministerio de Transporte, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Cultura, la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre, coleccionistas, comerciantes que venden y filatéticos que compran», dice Fraguas.

Cada año salen a la circulación 90 modelos. Se reciben 700 peticiones al año de diferentes instituciones y organismos, y un comité de expertos tiene la última palabra sobre este casi centenar que finalmente verán la luz y en qué forma»

Esta es la razón por la que los motivos representados y los estilos para ello sean tan diferentes: de lo «kitsch» de los tópicos españoles que esperan encontrar en el resto del mundo (sobre todo en los países asiáticos) a los estilos más innovadores.

Lo demuestran algunos de sus últimos sellos como el que incluye una semilla de una planta, los que juegan con la realidad aumentada o los códigos QR y hasta el que rinde homenaje al año Beethoven, que se puede poner en un tocadiscos para escuchar La Novena.

Porque, como dice Modesto, «el perfil filatélico de un país es como su propia sociedad», donde incluso los que nunca escribieron una carta en papel ni escucharon música en un tocadiscos pueden encontrar su sello.

12 meses, 12 sellos

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